29/10/11
Te venden un fraude disfrazado, un ejercicio médico sin angustias...
La
revolución se alimenta del engaño, el embaucamiento y la obtención de
prebendas sin esfuerzo. Te venden una quimera, un fraude disfrazado, un
título en papel de
traza, un ejercicio médico sin angustias o sobresaltos. Y así, no hay
necesidad de buenas notas, exámenes de admisión, edad en que decides
aprender el oficio, o someterte a evaluaciones de lapso y finales: tú
mismo puedes calificar tu suficiencia; total, si muestras simpatía por
el proceso y sumisión irrestricta, ingresas en el mejor de los casos
joven; en el peor, cagalitroso y desdentado, medio analfabeto o
dispuesto al propio fraude. Lo bueno hay que ganárselo.
Pero una
cosa es la fruslería vendida y otra la realidad de un enfermo frente a
un ignorante que debe tomar una decisión diagnóstica y terapéutica.
¡Dios nos libre! Lo denuncié antes, cuando algo pudo hacerse (El Universal,
"Oferta fraudulenta", 08.10.2006): universidades, facultades y escuelas
de medicina, colegios de médicos, no se dieron por aludidos. Lo
denuncio ahora, cuando la Asamblea con anuencia cómplice del
bloque opositor, en forma
irresponsable, modificó la ley para que los médicos integrales
comunitarios tengan una igualdad ante la ley, similar a nuestros alumnos
regulares sometidos a presión, exigencias y exámenes. Debe quedar
constancia de nuestro profundo rechazo por su decisión...
Pero,
pronto cambiarán para mejor las circunstancias del país y nos
encontraremos con los engañados en diferentes condiciones, y a más de
sentir pena por la maulería en que mansamente cayeron, debemos
prepararnos para ayudarlos y brindarles posibilidades para elevar su
nivel. No tienen competencia -eso ya lo saben o muy pronto lo sabrán-, y
para tenerla, deberán apostar por el esfuerzo e ir a cursos de
nivelación.